Verónica Lozano cruzó a Marina Calabró por involucrar a Susana Giménez en la baja de Graciela Alfano en su programa
Por Ana Martínez · 06 Aug 2025 – 11:55 PM -03 Ver perfil
Crédito: Polaris – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias
La controversia mediática que agita el mundo del espectáculo argentino
La reciente cancelación de la entrevista de Graciela Alfano en el programa Cortá por Lozano ha desatado un torbellino de especulaciones y acusaciones entre figuras prominentes de la televisión argentina. En el centro de esta polémica, se encuentran Verónica Lozano, la conductora del mencionado programa, y Marina Calabró, quien ha insinuado que la decisión de cancelar la visita de la exvedette podría estar ligada a influencias externas, específicamente de Susana Giménez. Este conflicto no solo involucra a las tres mediáticas, sino que también afecta la percepción del público sobre la ética en el mundo del espectáculo, donde las sombras de las rivalidades personales tiñen la credibilidad profesional.
Un giro inesperado en la agenda de Alfano
La situación se desencadenó cuando Marina Calabró, panelista del programa Lape Social Club Informativo, reveló que Graciela Alfano tenía una aparición acordada en Cortá por Lozano, pero su participación fue abruptamente cancelada. Esta noticia no solo sorprendió a los seguidores de la exvedette, sino que también generó incertidumbre sobre las verdaderas razones detrás de la decisión.
La revelación de Calabró incorporó un elemento adicional de tensión al mencionar que la exvedette tiene planes de asistir a La Peña de Morfi el próximo 10 de agosto. Esta dualidad en la agenda de Alfano ha llevado a especulaciones sobre si realmente hubo una decisión de producción, o si, como insinuó Calabró, podrían existir influencias de figuras más poderosas en la televisión argentina.
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Las sombras de la rivalidad entre Giménez y Alfano
La mención de Susana Giménez en este contexto no es casual. Las tensiones entre Alfano y Giménez son bien conocidas en el ambiente del espectáculo. Lo que podría parecer una simple cancelación de una entrevista, se convierte en un campo de batalla por la influencia y el poder en los medios de comunicación. Las palabras de Alfano, citadas por Calabró, reflejan una inquietud más profunda: “Espero que no pase nada raro porque si ya me bajan de ahí, tengo que pensar que la mano negra no es la producción de Lozano sino que hay una mano negra más arriba”. Esta declaración sugiere una atmósfera de desconfianza y especulación que puede ser perjudicial no solo para los involucrados, sino también para la audiencia que consume estos contenidos.
Las reacciones de Verónica Lozano
Frente a las declaraciones de Marina Calabró, Verónica Lozano no se quedó callada. La conductora decidió aclarar la situación en su programa, argumentando que la producción no tuvo nada que ver con la salida de Alfano, enfatizando que la decisión fue únicamente de su equipo. Este tipo de aclaraciones son fundamentales en un entorno donde la información se distorsiona con rapidez y las interpretaciones pueden llevar a malentendidos que afectan la reputación de profesionales en el medio.
Lozano, al tomar la palabra, subraya la importancia de manejar la verdad en el mundo mediático, donde las especulaciones pueden crear una narrativa que, aunque atractiva, dista de la realidad. La conductora se niega a que su programa se convierta en el escenario de peleas mediáticas, y su respuesta, aunque contundente, no logra apaciguar las dudas que persisten en torno a la verdadera razón de la cancelación.
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El impacto de estas tensiones en la audiencia
La controversia planteada por el cruce de declaraciones y las conexiones personales entre las figuras de la televisión genera un efecto en la audiencia que va más allá del simple entretenimiento. En un país como Argentina, donde la televisión es un fenómeno cultural y social, estos dramas mediáticos pueden influir en la forma en que el público percibe a las figuras del espectáculo.
El fenómeno de las redes sociales amplifica este impacto. Las audiencias no solo consumen pasivamente; participan, comentan y crean narrativas alternativas que pueden poner en jaque la credibilidad de los protagonistas. En un momento en que la opinión pública es cada vez más influyente, el manejo de la comunicación por parte de los medios y sus figuras se convierte en un arte que requiere de diplomacia y habilidad.
Así se desarrolla este nuevo capítulo en el entramado de la televisión argentina, donde el choque de egos, la búsqueda de poder y la influencia mutua entre las figuras mediáticas se entrelazan en una danza compleja, fascinante y, a menudo, controvertida.