Viernes de caza y un chico al que nadie le creía: la siniestra historia del presunto asesino serial de Jujuy

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Por Carlos López · 04 Aug 2025 – 10:43 AM -03 Ver perfil

Un oscuro entramado familiar en el corazón de Jujuy La historia que emerge desde el barrio Alto Comedero, en San Salvado... Descubre más sobre abuso, desprot...

Imagen: Associated Press | Archivo | © 2025 InfoNow Noticias

Un oscuro entramado familiar en el corazón de Jujuy

La historia que emerge desde el barrio Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy, es un sombrío recordatorio de cómo el mal puede anidar en los rincones más inesperados y familiares. En el centro de este relato se encuentra un joven de tan solo 16 años, cuya vida ha estado marcada por el miedo, la violencia y un entorno que parecía diseñado para destruirlo. La reciente desaparición de Jorge Omar Anachuri, de 68 años, catalizó una investigación que revelaría el horror oculto tras las paredes de una casa que un día debió ser un refugio.

Un adolescente atrapado en el espanto

El chico, que había sido enviado a vivir con su abuelo, no solo coexistía con su familia, sino que también lidiaba con la presencia amenazante de su tío Matías Jurado. Este hombre, a sus 37 años, había acumulado un historial criminal notable, con tres condenas a su nombre, incluyendo robo agravado y amenazas con arma. La violencia y el abuso eran parte de su ADN familiar, convirtiendo el hogar en un lugar de terror.

El clima de opresión se intensificó cuando el adolescente, debido a su miedo constante, llegó a experimentarlo de forma física, incluso orinándose en la cama por las noches. Una vida de angustia que hizo que muchos en su entorno, incluidos los vecinos, lo miraran con desprecio, considerando que su comportamiento era el resultado de su propia debilidad. Sin embargo, lo que no sabían era que su sufrimiento era el reflejo de una situación mucho más compleja y trágica.

Matías Jurado (37), el presunto asesino serial detenido en Jujuy.

Crédito: Alamy – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias

La desaparición que destapó la verdad

La investigación por la desaparición de Anachuri llevó a la Policía a la casa de Alto Comedero, donde se produjo un allanamiento que revelaría un hallazgo aterrador. En el interior de la vivienda, los agentes encontraron sangre, huesos y restos de piel, así como otros indicios que apuntaban a un escenario de horror inimaginable. Este descubrimiento no solo confirmaba que la desaparición de Anachuri estaba relacionada con Matías Jurado, sino que también se abría la puerta a la sospecha de que estas prácticas violentas podían haberse extendido más allá de un único incidente.

El hecho de que una figura familiar pudiera convertirse en un depredador es, sin duda, un concepto escalofriante. Este tipo de situaciones, donde el mal se disfraza de cotidianidad, son más comunes de lo que parece y suelen ser ignoradas por la sociedad. La policía no solo estaba tras la pista de un asesino, sino que también enfrentaba el desafío de desenmascarar un entramado familiar que había permitido que esta violencia prosperara sin control.

Un sistema que falla

El trasfondo de esta historia no solo resalta la figura de un presunto asesino, sino que también pone en tela de juicio la efectividad del sistema de protección y justicia en Argentina. El ciclo de violencia que envolvió a Matías Jurado debió haber sido un llamado de atención para las autoridades. Sin embargo, su historial delictivo se tradujo en una serie de oportunidades para reintegrarse a la sociedad, en lugar de recibir la rehabilitación necesaria.

  • Tres condenas previas
  • Libertad condicional a partir de 2020
  • Violencia familiar y abuso de sustancias

La falta de una respuesta contundente ante situaciones de este tipo deja en evidencia la fragilidad de las redes de apoyo social y la desprotección de los más vulnerables, es decir, aquellos que podrían ser víctimas de la violencia intrafamiliar. ¿Cuántos casos más permanecen en la penumbra, esperando a ser descubiertos?

La casa del horror en Jujuy, donde un presunto asesino serial mataba y descuartizaba a sus víctimas.

Crédito: Alamy – Imagen exclusiva | © 2025 InfoNow Noticias

El eco de una tragedia en la comunidad

Los ecos de esta tragedia resuenan en la comunidad de Jujuy, que se ve obligada a enfrentar no solo el horror de un posible asesino serial en su vecindario, sino también la culpa colectiva de haber ignorado las señales de alerta. El hecho de que un chico de 16 años haya tenido que vivir en un ambiente así es un reflejo de la incapacidad del entorno para proteger a sus propios miembros.

La historia de Jorge Omar Anachuri es solo una más en una larga lista de desapariciones que a menudo son desestimadas o olvidadas. La comunidad debe asumir su responsabilidad y trabajar no solo para encontrar la verdad, sino también para crear mecanismos que permitan abordar el ciclo de violencia que se perpetúa al interior de muchas familias. Solo así se puede esperar un cambio real en la sociedad, donde el miedo no sea el pan de cada día.

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